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2 ejercicios sencillos para vivir consciente y disfrutar más de la vida

El estado de vida actual nos invita constantemente a vivir en modo automático, en lugar de vivir consciente.

Son tantas las cosas que tenemos que atender cada día, que no podemos pararnos a pensar en cómo lo estamos haciendo. Y mucho menos en cómo lo estamos sintiendo.

Te levantas cada mañana, y te lavas los dientes. Pero ¿no te pasa que a veces, casi inmediatamente, no estás seguro de habértelos lavado, o de cómo lo has hecho? Y esto lo podríamos extrapolar a tantas y tantas actividades a lo largo del día:

*al conducir un coche

*cuando comemos (casi siempre con prisas)

*mientras vamos andando a algún sitio

*cuando respiramos, algo imprescindible para vivir, y sin embargo lo hacemos de forma completamente automática

*etc, etc

Entonces, ¿cómo podemos estar seguros de haber «vivido» cada momento si no lo hacemos conscientemente?

La importancia de vivir consciente

Los 2 temas en los que quiero incidir aquí, y que considero fundamentales para vivir consciente y disfrutar más de la vida son:

*la consciencia corporal

*la alimentación consciente

1) Consciencia corporal: tu postura ante la vida

Desde muy antiguo, sobre todo en las disciplinas orientales, se ha tenido muy en cuenta la atención al cuerpo:

«Mens sana in corpore sano» (mente sana en un cuerpo sano)

Para conseguir estar en equilibrio, es fundamental que cuides tu cuerpo, que es tu vehículo en esta vida.

A través de tu postura puedes ver reflejadas tus emociones. También la forma que tienes de enfrentarte a las situaciones que se te van presentando en la vida. Cuando sufres estrés, donde primero se va a reflejar es en tu cuerpo, en tu postura. El cuerpo se va tensando, y tu postura refleja esa tensión.

Al observarte y ser consciente de tu postura puedes corregirla. Porque sino, lo más seguro es que tu propio cuerpo se vaya readaptando y adquiriendo hábitos posturales. Esto a la larga se puede traducir en problemas y disfunciones en tu cuerpo.

En general vivimos mucho más pendientes de lo que pensamos que de cómo nos movemos, cómo nos sentamos o cómo dormimos.

Un estudio de la Universidad de Indiana demostró que la postura corporal afecta a la adquisición de nuevos conocimientos.

Y en la Escuela de Negocios de Harvard, demostraron que en función de la postura corporal, se incrementa la producción de algunas hormonas. Especialmente las relacionadas con la energía, el poder y la fuerza como la testosterona, o las relacionadas con el estrés, como el cortisol.

Ejercicio 1: Atención a tu postura

Lo que te propongo aquí es muy sencillo. Se trata sólo de llevar tu atención consciente a tu postura en determinados momentos.

-Cuando estás sentado, por ejemplo trabajando o estudiando, observa cómo te sientas.

Mindfulness corporal

¿Tienes la espalda recta? ¿los pies apoyados en el suelo? ¿sientes tensión en alguna zona de tu cuerpo?

Obsérvate y corrige tu postura. Una postura poco eficiente e incómoda contribuye a tensar tu cuerpo en exceso, y a agravar tu estrés. Esto es especialmente importante si eres de los que pasas horas sentado frente al ordenador.

Para adoptar una nueva postura ante la vida, tienes que atender a cual es tu postura corporal habitual.

Practica la postura de yoga La Montaña:

Los pies juntos en paralelo. Oscila a izquierda y derecha, y adelante y atrás, hasta encontrar el punto de equilibrio. Siente el peso repartido por igual en las plantas de los pies. Crece en la postura alargando el espacio entre vértebra y vértebra. Imagina que alguien tira de tu coronilla como si fueras una marioneta para estirar las cervicales.

mindfulness postural

Esta es la forma de estar de pie que menos esfuerzo necesita, y que menos cansancio te hace acumular. ¿Puedes sentir cómo esta postura te hace conectar con tu firmeza y con tu seguridad? Puedes comprobar que, cuando estás asentado en esta postura, es realmente difícil que una persona pueda desestabilizarte dándote algún empujón.

Practica la postura de la montaña cuando te sientas descentrado o desequilibrado. Nota sus efectos en tu estado de conciencia.

 

2) Alimentación consciente: Cómo comes es tan importante como lo que comes

En general nos gusta comer, y saborear los alimentos. Tenemos además una cultura de la comida como momento de relax y de compartir con otros.

Pero lo cierto es que en el día a día, cada vez se ha instalado más la cultura del «fast food» (comida rápida). No sólo en cuanto a la calidad de los alimentos y la forma de preparación. También en cuanto al tiempo que dedicamos a ingerir estos alimentos.

Mindfulness alimentaciónIndependientemente de que dispongas de más o menos tiempo para comer, hay que hacerlo de forma consciente.

Muchas acciones relacionadas con la alimentación se han convertido en automáticas:

¿Te has fijado en la velocidad con la que comes? o ¿en cómo masticas?

¿Sueles comer solo o acompañado? ¿ves la televisión mientras comes?

La alimentación consciente implica detenerse a observar todo lo que hacemos de forma rutinaria mientras comemos. Para poder así  ser más consciente y disfrutar de las sensaciones asociadas al sabor de una comidaPero en lugar de simplemente decidir si  “te gusta” o “no te gusta”, puedes darte cuenta de las texturas, y los matices. En definitiva, de las diferentes sensaciones que te producen en la boca los distintos alimentos.

Ejercicio 2: Come en silencio el primer o segundo plato

El ejercicio consiste en apagar la televisión, el móvil, o cualquier otra cosa que te suela acompañar durante la comida.

Selecciona el primer o el segundo plato para guardar silencio mientras comes. Incluso si lo haces en compañía. El silencio es importante para que puedas disfrutar de forma más consciente de la comida. Y para facilitar una mayor percepción del sentido del gusto.

Date cuenta de si al no utilizar tu energía en hablar, tu boca saborea mejor lo que estás comiendo.

Si estás comiendo con alguien, podéis miraros, sonreír o realizar cualquier gesto no verbal para comunicaros. En realidad puede convertirse en un juego divertido. Siempre que mantengas tu consciencia en percibir los sabores, olores y colores de los alimentos.

Y después del periodo de silencio, es importante seguir manteniendo el mismo clima de calma y serenidad que has practicado.

Estos ejercicios están basados en Mindfulness, que en palabras de su creador Jon Kabat-Zinn, es un largo viaje por un camino que no lleva más que al descubrimiento de uno mismo.

Espero que te animes a realizar estos dos sencillos ejercicios que te propongo. Y a partir de ahí vayas poco a poco incorporando a otras actividades de tu día a día esta manera de vivir consciente, y disfrutar de cada instante de tu vida.

¿Quieres iniciarte en la práctica de Mindfulness?

Me encantaría que comentases aquí abajo lo que te parecen estos ejercicios, o si ya practicas «el vivir consciente»

yolanda

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