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La Meditación Budista: cómo llevarla al día a día…

Los budistas meditan esencialmente sobre “objetos virtuosos”. Suelen ser conceptos abstractos, como es la estimación a todos los seres vivientes, el apego o la impermanencia. En la meditación budista, además se tienen en cuenta varias etapas en la práctica de la meditación:

  • La preparación de la meditación. Es la parte donde simplemente nos sentamos, nos relajamos y nos concentramos en nuestra respiración para entrar en el estado meditativo
  • La meditación sobre el “objeto virtuoso” que se haya elegido
  • La dedicación de la meditación, que suele ser para objetivos altruistas, como por ejemplo: “dedico esta meditación a ser mejor persona para ayudar a todos los que más lo necesiten”. O,  “por el mayor bienestar de todo el mundo”,…
  • Después de la meditación, la etapa más importante es llevar a la práctica en tu día a día, aquello sobre lo que has meditado.

Cómo practicar el seguimiento de la respiración durante la meditación budista

-Primero, debemos observar y seguir la respiración desde que el aire entra por las fosas nasales y llega hasta los pulmones, tratando de darnos cuenta de las sensaciones, de la temperatura, de la diferencia entre el inhalar y el exhalar etc.

-Después, empezamos a contar las respiraciones después de cada exhalación. Inhalamos y al exhalar contamos uno, inhalamos y exhalamos, contamos dos, y seguiremos contando hasta diez respiraciones, para volver a empezar otra vez desde uno. Continuaremos de esta manera durante un periodo de más o menos cinco minutos.

-A continuación, seguimos contando las respiraciones en ciclos de diez pero ahora contando antes de cada inhalación, es decir contamos uno inhalamos-exhalamos, ….

-Paramos el conteo, manteniendo la atención consciente en todo el proceso respiratorio, en las sensaciones, en el espacio entre inhalar y exhalar, etc y al igual que las etapas anteriores su duración será de cinco minutos aproximadamente.

-Enfocamos nuestra atención en la zona de las fosas nasales y labio superior, buscando la sensación que se produce al entrar en contacto el aire con esa zona, el contraste de temperatura.

Meditación budista sobre la Estimación a todos los seres vivientes o el Amor Incondicional

El amor incondicional es el amor una vez que hemos eliminado el apego. Por eso, el más parecido es el de una madre por un hijo. Además, tiene que ver con una visión de la existencia en la que nada existe de forma independiente, en la que todo está interconectado. Si esto es así, no se puede responder con odio, con violencia, sin que acabe volviendo hacia nosotros mismos. Está relacionado con sentimientos como calma, solidaridad, tolerancia, alegría, afecto, reconocimiento, respeto, comprensión, compasión. La práctica de esta meditación budista se puede realizar en varias etapas, cada una de las cuales podemos hacer durar 5 o 10 minutos.

Primera etapa:

Si no somos capaces de sentir amor incondicional hacia nosotros, de valorarnos y tratarnos adecuadamente, si no paramos de juzgarnos, difícilmente podremos ser tolerantes y amables con nadie más. Por lo tanto, en la meditación budista, este aspecto no es egoísta, es sano y necesario, ya que hemos de cultivar respeto hacia nosotros mismos, un sano deseo de bienestar y felicidad.

Segunda etapa:

En la segunda etapa de la meditación budista desarrollamos amor incondicional hacia nuestros seres más cercanos, hijos, padres, hermanos, amigos, los valoramos, sentimos afecto, reconocemos sus cualidades, con la intención de estimularlos y permitir que crezcan. Así, de esta etapa podemos extraer energía, e inspiración para las otras etapas.

Tercera etapa:

En esta etapa intentamos reconocer al resto de personas como lo que son, seres humanos igual que nosotros. Seguramente en esta etapa nos pueden surgir preguntas como: ¿quién puede sentir amor incondicional hacia un delincuente? ¿hacia aquel que nos ha hecho algún mal? ¿ hacia alguien que obviamente no tiene la razón?. Que surjan preguntas es muy bueno y debemos explorarlas sincera y profundamente. El que alguien se comporte de forma violenta o desagradable, no es motivo para que nosotros también lo hagamos, ya que de esta manera nos convertimos en lo mismo que desaprobamos. Para empezar es mejor no poner de entrada en esta etapa a alguien con quien tengamos problemas muy serios, para eso es mejor esperar un poco a tener más claro el concepto de amor incondicional. Sin embargo, hay muchas personas que no nos gustan por su forma de ser, su forma de expresarse, por su nivel cultural o sus creencias,…. Por aquí sí se puede empezar, ya que todos esos rechazos irracionales y llenos de prejuicios, nos permiten ir progresando poco a poco.

Cuarta etapa:

En esta etapa de la meditación budista extendemos nuestros sentimientos de amor incondicional hacia todos los seres humanos, desde nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro país, hacia los animales, hacia el planeta mismo, sus plantas, sus montañas, y porqué no… hacia otros universos.

¡Aprende a meditar!

 

yolanda

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