El Primer Paso para Empezar a Vivir Conscientes
Vivir conscientes implica darnos cuenta de cada momento de nuestra vida. Es decir, estar presentes. Y esto atañe no sólo a nuestra mente, y a nuestros pensamientos, sino también a nuestras emociones, sentimientos o sensaciones físicas, y la relación con nuestro entorno.
Por lo tanto, vivir conscientes y en plenitud abarca todos los aspectos importantes de nuestra vida: nuestros sueños y objetivos primordiales, nuestra salud, el trabajo, la familia, la alimentación, la vivienda, la naturaleza.
¿Cuál es el primer paso para empezar a vivir conscientes?
Como para cualquier cambio que queramos introducir en nuestra vida, necesitamos poner en práctica aquello que nos permita producir ese cambio, de manera continuada hasta convertirlo en un hábito.
Se sabe que si repetimos lo que hemos aprendido las suficientes veces, reforzamos los grupos de neuronas que nos ayudarán a recordarlo la próxima vez. Ya que, de lo contrario, las conexiones neuronales desaparecerán después de un corto tiempo, y el recuerdo se borrará de tu mente.
Por eso, para aprender a vivir conscientes es importante actualizar, repasar y recordar continuamente tus nuevos pensamientos, conductas y hábitos, para que estos se consoliden en tu cerebro.
Lo primero, la mente
Nuestra mente es una auténtica fábrica de pensamientos. Pero tenemos que diferenciar entre la mente constructiva, que es una mente capaz de analizar y crear, y que la podemos controlar. Y la mente que nos controla, esa a la que se ha llamado “mente de mono”, o “la loca de la casa” como decía Santa Teresa de Jesús, o como lo llama la ciencia “la red por defecto”.
¿Cómo está tu mente en general?
¿Tienes a un «pequeño yo» dentro de la cabeza que habla sin parar?
¿Eres capaz de pararlo?
¿Dónde se encuentra la mente? ¿en el cerebro? Ahí es donde la mayoría de las personas localizan a la mente,…Pero hay que decir que, a pesar de los avances de la neurociencia, se sigue sin atribuirle un lugar específico a la mente;…
… como mucho, es el cerebro el órgano al que atribuimos la capacidad de «alojar» la actividad mental.
El cerebro es algo físico, material, y por lo tanto la ciencia lo ha podido estudiar con mucho detalle. Se sabe que el cerebro es neuroplástico y tiene capacidad de cambio y recuperación. Se pueden formar conexiones neuronales nuevas en distintas partes del cerebro. Además , algunas funciones pueden cambiar de unas partes del cerebro a otras, por ejemplo durante la recuperación de lesiones cerebrales.
¿Mente es igual a cerebro?
No se ha podido establecer con precisión la correspondencia exacta entre actividad cerebral y estados mentales. Pero desde una perspectiva no materialista, la mente es más fundamental que la materia del cuerpo y del cerebro, ya que posee la capacidad de influir sobre su forma y su funcionamiento.
Podría decirse que el cerebro es el soporte de la mente, haciendo posible que se produzcan las funciones mentales.
¿Podemos «silenciar» a la mente?
Nuestra mente no está diseñada para «quedarse en blanco“. Antes se creía que la mayoría de las neuronas permanecían en reposo hasta que se las requería para llevar a cabo alguna actividad. Actualmente se ha demostrado con numerosos estudios de neuroimagen, que el cerebro mantiene un elevado nivel de actividad incluso cuando está “en reposo”. A esto se le llama «red neuronal por defecto».
La red neuronal por defecto se activa cuando empezamos a divagar y entramos en un estado de ensimismamiento, y se apaga cuando tareas relacionadas con el mundo externo requieren nuestra atención. Esta red está asociada a la rumiación o mente errante. También, muestra activación en muchas psicopatologías o enfermedades degenerativas, como el Alzheimer.
¿Has notado lo fácil que es distraerte cuando tratas de prestar atención a algo?
Estudios científicos han demostrado que la red por defecto disminuye con la meditación, y con prácticas de Mindfulness. Por ejemplo, en algunos estudios se ha podido apreciar cómo después de sólo 10 minutos de meditación, la actividad cerebral por defecto se reduce considerablemente.
Por eso, para empezar a vivir conscientes, es muy útil integrar en nuestra vida prácticas que nos permitan disminuir esa actividad cerebral por defecto. Porque de esa manera, será más sencillo mantener una mente enfocada en cada momento de nuestra vida. Es decir, mantener una atención consciente «en el aquí y en el ahora», lo que significa estar presente y disfrutar de cada instante de nuestra vida.
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